Conforme el paso del tiempo, el trabajo del humano se ha ido transformando. Aunque esto sea algo que se puede aplicar en cualquier época humana, en camino a la automatización, podemos decir que el primer gran cambio fue la Revolución Industrial. Ésta sustituyó la mano de artesanos, aumentando la cantidad de productos y servicios por medio de la automatización de procesos.
Dando un brinco al siglo XXI, con la llegada del 2020 y la pandemia, se volvió a romper el paradigma del trabajo y la industria, evolucionando la forma en que se crean productos y servicios. Esto ha dado pie al uso de la inteligencia artificial.
Esta es una de las tecnologías más innovadoras y polémicas en el mercado laboral actual. Con su capacidad para automatizar tareas, analizar datos y tomar decisiones, la inteligencia artificial ha cambiado la forma en que las empresas operan y los empleados trabajan.
Al mismo tiempo, ésta es uno de los grandes desafíos que tiene el mercado laboral actual, ya que la curva de aprendizaje y eficiencia que las inteligencias artificiales ofrecen, afectan cómo las empresas y trabajadores operan. Esto podría permitir que se reemplacen trabajos en una amplia gama de sectores, desde la fabricación de diversos productos (como en la revolución industrial), hasta la atención médica y el comercio minorista.
Por otra parte, es posible que las IAs puedan dar nuevos empleos y oportunidades en áreas como el desarrollo de software, la gestión de datos y la ciberseguridad. Es posible que las inteligencias artificiales puedan mejorar la productividad de los trabajadores y transformar la forma en que se realiza el trabajo.
Lo que es cierto, es que día a día marca más los cambios de roles clásicos de trabajo, y dejan en la incertidumbre a un gran número de personas que ven amenazados sus puestos de empleo, tal como lo pronosticado por el Foro internacional del trabajo.
Analistas de datos y algunos puestos de IT se han visto en la línea de sustitución. Otro ejemplo son las agencias de viajes, que podrían llegar a convertirse en creadores de experiencias virtuales y ser pioneros en la economía experiencial, reemplazando a quienes actualmente ocupan esos puestos.
En conclusión, creo que estamos viviendo algo muy parecido al cambio socioeconómico que pasó durante la primera Revolución industrial, esperando que, con el paso del tiempo, podamos adaptarnos, crear y trabajar apoyándonos de una inteligencia artificial capaz de leer datos a velocidades gigantescas y dándonos las herramientas para moldear el futuro como mejor nos convenga. Como alguien que ha experimentado de primera mano el inicio la inteligencias artificiales, he descubierto áreas de oportunidad para no sólo mejorar mi vida laboral, sino personal al poder gestionar mi tiempo y recursos de una manera más óptima.