POR: FERNANDA MARTINESSCA
La versatilidad, los colores fuertes y un conjunto de emociones caracterizan a Rox Rodríguez y su obra.

Originaria de Chihuahua, Rox nos cuenta que “desde chiquita me gustaba dibujar, en la escuela hacía caricaturas para mis maestros, pero mi familia siempre lo vio como un hobby”.
Así que optó por estudiar la carrera de Química en Alimentos y posterior a ella también estudió Diseño Gráfico, sin embargo, nunca dejó su pasión, que es pintar, así que con el tiempo se adentró en diversas técnicas. Pero no es hasta 2016, que decide iniciar bien su carrera en el mundo del arte, y se aventura a los Workshops para aprender y perfeccionar su técnica.
Tomó 4 workshops; el primero fue en Sevilla con el pintor hiperrealista Eloy Morales; seguido de ese estuvo aprendiendo con César Santos, retratista cubano; el tercer workshop fue con Javier Arizabalo, con quien continuó en la práctica del realismo; y el último fue con el pintor Omar Ortiz, quien es una figura indiscutible del hiperrealismo.
Así inicia su camino autodidacta, pero Rox es una persona que ama explorar el mundo y sus diversidades, así que no solamente se quedó con el aprendizaje para hacer obra, ha ido más allá, pues entre sus pasiones también está el enseñar y lograr que las personas que quieran hacer arte tengan un apoyo y alguien que crea en ellas. Por lo que hace 10 años nace ROCOCÓ, escuela de arte, fundada por Rox. Aquí participan 6 artistas, quienes dan talleres a chicos y grandes.
Pero eso no es todo, el éxito de Rox va más allá y se instala en su galería Fashion Art, que tiene un año de haberse creado y en la cual se expone el talento mexicano, porque “me encanta apoyar a mi México hermoso, creo que aquí tenemos personas muy talentosas y necesitamos voltear a verlas, tienen algo importante que transmitir”, señala Rox.
Dentro de su obra encontramos trazos fuertes, colores vibrantes, figuras con mucha presencia y siempre habrá algo orgánico, todo gira en torno al rostro. Para Rox cada cara tiene su fuerza y algo que comunicar, es el centro de cada pieza. Además de dejar fluir en cada pincelada una parte de ella, de su sentir, porque en el proceso se viven muchas cosas, por lo que prefiere trabajar en formato grande, así no hay límites, y lo que sobra es expresión.
Muchas veces en la vida pasamos por situaciones difíciles que pensamos son malas, pero lo importante es aferrarnos a nuestras pasiones, metas y sueños, “con el tiempo descubres que en realidad aquel suceso te hizo más fuerte, más sabia, y te impulso a llegar más lejos,” apunta Rox.
“Mi sueño es que las personas reconozcan mi obra por mi estilo”, por ello, Rox continúa con el aprendizaje, porque cada día evolucionamos, pero la esencia permanece.



